Venezuela, Trump y su intervención humanitaria
Durante la administración de Donald Trump el gobierno estadounidense ha experimentado un proceso de sinceramiento respecto a su política sobre Venezuela. Si bien durante gobiernos anteriores se negaba siempre desde Washington la intención de derrocar al gobierno de Nicolás Maduro o de realizar una intervención militar, actualmente ya se admite públicamente estos objetivos.
El presidente estadounidense ha venido afirmando desde hace más de un año, que una intervención militar en Venezuela es “una opción”, sin embargo, cabría preguntarse, ¿por qué tarda tanto esta opción en concretarse?, ¿será esta una amenaza real, o solo está Donald Trump tratando de intimidar a su adversario?
Para responder a estas preguntas, necesitamos primero revisar el pasado. Si examinamos la historia estadounidense de los últimos 100 años, veremos que la nación norteamericana ha invadido un sin número de países, muchos de ellos en américa latina, para quitar y poner gobiernos.
Por esta razón, podemos afirmar que, si un país como los Estados Unidos dice que te invadirá, es porque sin duda piensa en hacerlo, sin embargo, no todo se resume a este razonamiento, pues si revisamos un poco más y vemos cuáles han sido los países invadidos, notaremos que hay un patrón que se repite, y es que los Estados Unidos solo invaden países que no tengan la posibilidad de causarles mucho daño.
Si prestamos atención al discurso de los norteamericanos respecto a Rusia, Irán o Corea del Norte, veremos que estos países también son amenazados en la actualidad, pero ninguno de ellos es atacado, ¿por qué?
Pues, porque sencillamente, el gobierno estadounidense y el pentágono avalúan la capacidad de respuesta de cada país para enfrentar una agresión, y solo se aventuran a invadirlo si creen que al hacerlo no sufrirán mayores daños.
En ese sentido, Venezuela ha podido disuadir por mucho tiempo a la nación norteamericana de perpetrar una agresión, simplemente preparándose para dar una respuesta feroz y contundente a quienes se atrevan a atacarlos.
Por esto, durante los últimos años las agencias de inteligencia y el pentágono han intentado derrocar al gobierno bolivariano de otras formas, menos directas, ya sea a través de un bloqueo financiero, financiando golpes de estado o promoviendo una guerra civil entre los venezolanos.
No obstante, todas estas estrategias han fracasado, por lo cual no quedan muchas opciones, y se pasa a una nueva etapa.
Uno de los planes actuales de los estadounidenses para concretar su plan en Venezuela, es la generación de una guerra entre ese país y su hermana república de Colombia, para esto el escenario ha venido siendo preparado desde hace años.
Recordemos, por ejemplo, cómo el presidente colombiano Juan Manuel Santos inició de buenas a primeras un proceso para firmar la paz con las guerrillas armadas (las FARC), con las cuales su gobierno permanecía en guerra desde hacía más de 60 años.
Esto, aunado a la campaña de odio que se promueve en Colombia contra los venezolanos, son indicios de que el país neogranadino será quien realice el trabajo sucio que no desea hacer el pentágono.
Operaciones de bandera falsa
Actualmente las cartas están echadas y ya se anuncia la guerra, solo falta un pequeño incentivo, esa chispa que encienda la mecha y haga estallar el polvorín de la guerra que tanto desea el gobierno norteamericano.
Si una vez más revisamos la historia, veremos que gran parte, por no decir todas, las guerras promovidas por los Estados Unidos en los últimos 100 años han comenzado con una operación de bandera falsa, en la cual ocurre una autoagresión que justifique la intervención armada.
Si recordamos por ejemplo la guerra de Vietnam, esta fue justificada con el incidente en el golfo de Tonkín, un autoatentado perpetrado por la marina norteamericana. En la primera invasión a Irak se usó la falsa historia de una supuesta enfermera kuwaití llamada Nayirah, que decía haber visto a los soldados iraquíes entrando a los hospitales para sacar a decenas de bebes de las incubadoras y dejarlos morir, y un ejemplo más reciente ocurrió en Siria, donde se utilizó el montaje del supuesto “niño héroe” que salvaba a una niña de ser asesinada por francotiradores del ejército de Bashar Al Assad.
Esto es probablemente lo que se prepara para Venezuela en los próximos días o semanas, Estados Unidos y sus aliados, generarán un incidente con el que intentarán desatar una guerra entre venezolanos y colombianos, la cual luego justificaría la intervención humanitaria.
Podemos esperar por ejemplo el ataque a un puesto militar del lado colombiano por parte de supuestos soldados venezolanos, tal vez el asesinato de un dirigente político de la oposición o de un político colombiano, o tal vez una masacre (simulada o no) de civiles, de la cual se culpará inmediatamente por todos los medios al gobierno de Nicolás Maduro y a la Fuerza Armada Venezolana, lo cual, de tener éxito, dará inicio a lo que ya hemos visto en otras partes del planeta, la destrucción total del país en nombre de la democracia, la libertad y los derechos humamos.
Solo a una dificultad se enfrentan quienes preparan esta estrategia, y es la necesidad de que lo hagan suficientemente creíble, pues ya desde los Estados Unidos se ha mentido tanto al mundo, y se ha repetido tanto el mismo guion, que tal vez ya no sea tan fácilmente aceptado.
La mejor estrategia para prevenir que esta situación ocurra, es denunciarla de antemano, gritarla a los cuatro vientos, pues solamente haciendo ver a los halcones de guerra que su plan no tendrá éxito los disuadirá de perpetrarlo.
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