Las contradicciones de la ayuda al desarrollo del Banco Mundial: perjuicio a los más necesitados
La ayuda al desarrollo del Banco Mundial es cuestionable en muchos casos, como demuestran las auditorías internas de la institución y un informe del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, con datos sobre más de mil proyectos de entre 2004 y 2013 que perjudican precisamente a los más necesitados.
Entre los objetivos del Banco Mundial está la erradicación de la pobreza extrema y la reducción de las desigualdades aumentando en un 40% los ingresos de los más desfavorecidos. Sin embargo, según un revelador informe del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, la institución está lejos de alcanzar sus logros.
3,4 millones de personas sufren los efectos de estos programas de desarrollo. Miles de personas se ven desplazadas, reubicadas o desprovistas de sus propiedades contra su voluntad. Vietnam, China, la India, Kenia o Etiopía son algunos de los países más afectados. Y en América del Sur surgen cada vez más voces en contra de estas políticas ‘de desarrollo’.
Según Alba Cecilia Mérida, activista de Santa Cruz de Barilla, Guatemala, «el desarrollo del Banco Mundial genera mucho dolor y sufrimiento. Aunque tengan sus estándares, sociales y ambientales, no están siendo ni respetados ni implementados, y están pasando por encima de las comunidades indígenas». Así, uno de los casos en Guatemala es una multinacional extranjera que opera a través del brazo fiscal del Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional. En aras de cumplir grandes objetivos, es acusado por la población local de abusos, asesinatos y encarcelamientos contra aquellos que oponen resistencia.
«Toda América Latina está ensangrentada por estas empresas, hay mujeres y niños que sufren por estos proyectos, (…) comunidades que han perdido parte de su identidad, eso tiene que contar», cuenta Mérida.
En los desplazamientos forzados los locales pierden su hogar y garantías sociales. Diversos estudios muestran que los reubicados sufren de infecciones, hambrunas o desempleo. Sobre el papel, el Banco Mundial estipula que cualquier desalojado debe ser reubicado en iguales o mejores condiciones y ser recompensado económicamente, pero la poca fiabilidad de las autoridades locales y la falta de seguimiento de estos procesos hacen que pocas veces se cumplan estos requisitos. El mismo Banco Mundial reconocía fallos sistemáticos.
«Tres investigaciones internas que revisaron nuestros proyectos en las dos últimas décadas sobre posibles reubicaciones revelaron que la supervisión de dichos proyectos a menudo tenía escasa o ninguna documentación. Había falta de seguimiento para asegurar que las medidas de protección fueran implantadas y algunos proyectos no fueron identificados como de alto riesgo para la vecindad. Es nuestro deber hacerlo mejor y lo haremos», reza un comunicado del Banco Mundial.
El Banco Mundial es uno de los principales patrocinadores de la ayuda al desarrollo desde su fundación por los EE.UU. tras las Segunda Guerra Mundial. Dispone de 65.000 millones de dólares al año a cargo de préstamos y deuda pública. Pero los efectos de sus políticas son tan nefastos que 85 organizaciones humanitarias firmaron un documento de disconformidad. «No hay que perder de vista que el Banco Mundial (…) está promoviendo un desarrollo que favorece la movilización del capital… cuando hablamos de desarrollo», sostiene Mariana González Armijo, del Centro de Análisis e Investigación Fundar.
Otra de las consecuencias de la política del Banco Mundial es que privatiza la acción humanitaria. Priorizar los proyectos a las personas ofrece resultados poco loables. Por ahora, miles de millones de dólares para el desarrollo solo han provocado peores condiciones de vida en millones de personas de todo el mundo.
El periodista José Naranjo trabajó en Ghana y fue testigo del impacto de una mina de oro, auspiciada por el Banco Mundial, que desplazó a más de 10.000 personas. «Creo que hay un problema enorme en cuanto a las expectativas que genera la ayuda al desarrollo y lo que realmente puede dar». Según Naranjo, la ayuda del desarrollo es necesaria y cumple su función pero no cree que la acción del Banco Mundial arregle los problemas de África.
RT
