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Crónica de una acompañante internacional: la democracia vivida en Venezuela

Por Cristina  Simó Alcaraz

Como observadoras internacionales, tuvimos el privilegio de acompañar las elecciones regionales en Venezuela. No solo fuimos testigas, sino que palpamos una realidad innegable: el pueblo venezolano es, en su esencia, chavista. No solo por convicción ideológica, sino porque en ello les va la vida.

Las clases populares, las mujeres, la juventud y las personas mayores no son meros espectadores; son protagonistas activos de las decisiones políticas que impactan directamente en sus vidas.

Transparencia y participación: un modelo ejemplar
Desde el primer día, nos detallaron el funcionamiento del proceso electoral: un sistema totalmente transparente, informatizado y avalado por 16 auditorías externas —independientes del gobierno e incluso de organismos internacionales—, realizadas antes y después de los comicios. Al cierre, se imprimieron actas con los resultados, entregadas a representantes de todos los partidos participantes. Catorce fuerzas políticas contendieron en estas elecciones, reflejando un pluralismo tangible.

La Guaira: un pueblo que vibra con su revolución
En el estado de La Guaira, sentimos el afecto y la confianza de la gente hacia sus gobernantes chavistas. Allí, la participación superó el 57%, con una abrumadora victoria del candidato reelecto, Terán, quien obtuvo casi el 91% de los votos.

Mujeres al frente: liderazgo y paridad en acción
Uno de los hallazgos más inspiradores fue el empoderamiento femenino. Las mujeres lideraron comunas, organizaron la logística electoral y ejercieron su derecho al voto con una conciencia política palpable. Este proceso dejó un hito: cinco gobernadoras electas. Como nos explicó la vicepresidenta de mujeres del PSUV, el próximo objetivo es lograr paridad en las alcaldías.

Pero su participación no se limita a las urnas. Cada tres meses, las consultas populares permiten que la ciudadanía decida qué proyectos sociales se ejecutan. Y son las mujeres —principalmente cuidadoras y conocedoras de las necesidades cotidianas— quienes marcan la pauta. Aquí, los políticos no dictan; acatan. Venezuela enseña al mundo cómo se ejerce una democracia participativa y feminista.

Una revolución con raíces y futuro
Esta experiencia nos permitió saborear el proceso revolucionario bolivariano, heredero de la lucha emancipadora de Simón Bolívar, impulsado por el Comandante Chávez y continuado por el presidente Maduro. Una riqueza cultural y étnica que se funde en un proyecto único: la construcción de un socialismo feminista, inclusivo y transformador.

Cristina Simó Alcaraz
Presidenta del Movimiento Democrático de Mujeres (España)

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