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Conflicto en Sudán: implicaciones internacionales

Por Yoselina Guevara López

La violencia en Sudán sigue haciendo estragos y es probable que no disminuya. Desde el 13 de abril, el país se ha convertido en un campo de batalla entre facciones armadas rivales; por una parte el ejército sudanés, dirigido por el general Abdel Fattah Al-Burhan, y por la otra las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), poderoso grupo paramilitar dirigido por el general Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti).

El conflicto arroja hasta ahora 450 fallecidos y más de 4.000 heridos, el 24 de abril las facciones beligerantes habían anunciado una tregua de 72 horas, pero mutuamente se acusan de incumplir el alto al fuego. Los enfrentamientos se mantienen abiertos en todo el país, esta crisis está poniendo en peligro la transición desde un régimen militar a una democracia dirigida por civiles.

Por su ubicación geográfica Sudán tiene fronteras con siete países, los cuales han estado involucrados en conflictos o han enfrentado graves disturbios civiles durante la última década. La escalada de violencia, impulsada por una dinámica de larga evolución y una lucha de poder entre facciones armadas rivales, como la oposición de Hemedti a la transición del poder militar al civil y el Ejército sudanés dirigido por el general Abdel Fattah Al-Burhan, podría considerarse una lucha directa por el poder dentro del país. No hay que obviar las importantes implicaciones que el desarrollo de una guerra civil en Sudán tendría a nivel regional e internacional.

Chad, Sahel: un posible efecto dominó

Por ejemplo con respecto a la región del Sahel, una crisis prolongada en Sudán puede poner en peligro esta zona donde la inseguridad y la inestabilidad política han conducido a estos países a una situación humanitaria catastrófica que podría empeorar. No hay que olvidar que el Chad es uno de los miembros del llamado “G5 del Sahel”;  por lo tanto, una implicación de Yamena (Chad) tendría también el efecto de un detonante en la región saheliana, una de las más turbulentas de África.  

Egipto: la posible fractura de un frente unificado

En cuanto a Egipto los enfrentamientos en curso en Sudán no son favorables a los intereses del Cairo porque fomentan la inestabilidad en su frontera meridional. Además limitan la capacidad de Egipto de contar con el apoyo y la ayuda de Sudán para hacer dupla  frente al grave problema de la Represa etíope del Gran Renacimiento, que representa la oportunidad del suministro de agua del que ambos países dependen y por la cual hay un enfrentamiento con Etiopía. Con un Sudán sumido en el caos, sería imposible conformar un frente unificado contra Addis Abeba (Etiopía). En todo caso Egipto se encuentra navegando entre dos aguas por un lado apoya al General Abdel-Fattah al-Burhan; y por el otro, el comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido, Mohammed Hamdan Dagalo, ha obtenido la protección principalmente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita, dos Estados de los que el Cairo depende para obtener ayuda financiera en estos tiempos de gran dificultad económica.

Emiratos Árabes Unidos y Arabia saudita: la pérdida de influencia

Aunque los EAU y Arabia Saudita se han convertido en los mecenas externos más importantes de Sudán desde el golpe de Estado de 2019, Abu Dhabi (EAU) está jugando un papel de mayor influencia en Jartum al crear fuertes dependencias a nivel sobretodo económico. Sudán necesita dinero para darle vida a una economía arruinada y las petromonarquías a su vez requieren ampliar su esfera de influencia fuera de la península arábiga. De momento, tanto Riad como Abu Dhabi parecen querer mantener una relación equidistante entre las partes enfrentadas. No obstante sus respectivos gobiernos, al igual que la Liga Árabe, también han pedido el cese inmediato de los enfrentamientos. La solución al conflicto en Sudán pudiera venir justamente desde los EAU, mientras Mohamed Hamdan Dagalo se sienta con mayor poder será menos controlable para Abu Dhabi, con lo cual pudieran perder su influencia. En pocas palabras los EAU tienen la capacidad de maniobrar y presionar a su aliado el general Mohamed Hamdan Dagalo para que vuelva a la mesa de negociaciones garantizando que estos enfrentamientos no desemboquen en una guerra civil incontrolable.

Türkiye: la neutralidad como arma diplomática

Tras el revés que supuso el derrocamiento de Al-Bashir (Sudán), con quien Türkiye había estrechado relaciones, Ankara adoptó un enfoque de “esperar y ver” respecto a la política sudanesa. Debido a la reciente distensión con EAU y Egipto, Türkiye ha mejorado gradualmente sus relaciones con Sudán, utilizando sus herramientas tradicionales de política exterior como la diplomacia y el intercambio comercial. Ankara ha asumido una postura equidistante entre ambos generales sobre todo para preservar sus intereses; y  al mismo tiempo, ha mantenido canales abiertos con sectores notables de la sociedad civil. Por lo tanto, Türkiye no tiene mucho que perder en el conflicto actual; sin embargo Ankara podría sacar provecho de su política de perfil bajo y su postura neutral cuando la situación se normalice.

Rusia: el soterrado equilibrio con occidente

Sudán se sitúa en el centro de las disputas geopolíticas mundiales, dado el innegable papel que la Federación Rusa está cumpliendo en la región. La presencia del Grupo Wagner, una organización militar privada rusa, en las minas de oro sudanesas y la reciente confirmación de una base naval rusa en el puerto de Sudán, ponen de manifiesto la creciente influencia de Moscú. Además, Sudán equilibra los intereses de Occidente y Rusia para mantener la estabilidad política interna.

Europa: migración libio-sudanesa

            Por ahora los reportes de algunas organizaciones humanitarias indican que la población sudanesa está escapando sobre todo hacia el Chad. Pero no es descartable que en los próximos días cobren vida las vías del desierto que conducen a la frontera con Libia, que pudiera ser un primer destino para cientos de migrantes sudaneses para de allí zarpar hacia Italia y Europa. Al respecto llama la atención, pero no sorprende, la inercia desde los gobiernos occidentales con respecto al conflicto en Sudán, aun conociendo perfectamente las implicaciones principalmente con respecto a la migración. La Unión Europea y sus aliados solo se han limitado a retirar a su personal diplomático y a sus conciudadanos. Es necesario subrayar que la apertura de una ruta de migración libio-sudanesa, puede abrir una puerta no solo a una avalancha de migrantes, sino también a las organizaciones criminales en Sudán, Etiopía y Eritrea. Desde el Cuerno de África, de hecho, la migración hacia Europa es muy elevada desde hace tiempo y se vería facilitada por un canal sudanés capaz de traer a miles de personas por la costa libia. Mientras siguen en curso las hostilidades en Sudán, se agota el tiempo para evitar que el país sea sumido en una crisis imparable con consecuencias nefastas para la región y el mundo entero. 

Yoselina Guevara López: comunicadora social venezolana, analista política, articulista en diferentes medios internacionales, cuyo trabajo ha sido traducido al inglés, italiano, griego y sueco. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022 (Venezuela), mención especial Opinión; Premio Nacional de Periodismo Aníbal Nazoa 2021 (Venezuela); I Concurso Memoria Histórica Comandante Feliciano 2022 (El Salvador) Tercer lugar. Twitter:  @lopez_yoselina #MundoTuit

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