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4. Historias de integración: mujeres migrantes en Europa

Bernadeta Bortos: ayudar a otras mujeres migrantes también significa integración

Rumania-Italia

Por Yoselina Guevara López

Bernadeta habla por teléfono, a través de sus palabras trata de dar fortaleza a quien la escucha, busca soluciones para otras mujeres que como ella son migrantes y se sienten perdidas en un país donde tienen que enfrentar un nuevo idioma, nuevas costumbres, todo un universo que muchas veces lo habían imaginado diferente.

Bernadeta revive el año en que llegó a Italia, fueron meses muy duros, la separación de la familia de origen, las dificultades para obtener los documentos que le permitieran estar legalmente: “mi experiencia se remonta a muchos años atrás, cuando era muy difícil llegar a Italia  e integrarse. Estamos hablando de noviembre de 1999”.

Lamentablemente, aún en el año 2024, sigue siendo difícil la integración de los migrantes en Italia, la burocracia y la falta de ayuda gubernamental a nivel de un acompañamiento de quién no conoce el idioma, obstaculiza la rapidez de los trámites. Además a nivel político con la concertación de los medios de comunicación y redes sociales, se continúa enmarcando a los migrantes y refugiados como la principal causa del desempleo y la delincuencia. Es necesario destacar como la narrativa en contra de la migración tiene una potencia destructiva, gracias a las redes sociales, que no es comparable con ningún otro momento de la historia

Bernadeta recuerda cómo ha superado  los  prejuicios y etiquetas colectivas entorno a sus connacionales “Me dijeron varias veces que los rumanos son todos unos gitanos y unos ladrones…. pero con el tiempo aprendí a demostrar que no todos somos así…. De hecho, me sentía orgullosa de mi país, somos fuertes. Solía contar a la gente las cosas buenas de mi país, las penurias que tenía que soportar el pueblo rumano, y comprendían que éramos diferentes de lo que les hacían creer”. Las dificultades las convirtió en oportunidades para ayudar a otras mujeres, para superar la soledad de estar frente a un mundo que se presenta hostil aunado a la necesidad de identificarnos como parte de un mismo colectivo.

Ser mujer y migrante son factores de discriminación, el hecho de ser madre puede ser un punto no favorable para insertarse en el campo laboral. Bernadeta señala cómo fue excluida de trabajos sencillamente por tener hijos, no por falta de capacidades: “Por ser madre me pasó muchas veces en el mundo laboral; no tener trabajo por ser madre. Incluso hoy, sigo siendo madre…. y esto me duele mucho. Tengo que decir que uno de mis sueños en el cajón es no volver a escuchar a una mujer decir que no le dieron el trabajo por ser madre”.

A muchas madres migrantes les resulta imposible encontrar un empleo formal ajustado a sus capacidades y estudios, teniendo que recurrir al trabajo doméstico, de limpieza, o al cuidado de ancianos, esto no quiere decir que sean trabajos menos dignos sino que se pierde la preparación y  experiencia de muchas mujeres migrantes. Además pueden llegar a sufrir una injusta brecha salarial de género, la inestabilidad a nivel laboral y lo que es peor no pudiendo continuar a desarrollarse laboralmente lo cual para una persona puede ser determinante para una vida plena.

“El trabajo no es sólo dinero, también es una forma de sentirse valorada. Pero esto no es sólo para las mujeres migrantes sino para todas las mujeres. Sólo que esta reivindicación sería difícil de realizar si no se ayuda a las empresas que contratan a madres a pagar menos impuestos (sabiendo que podrían faltar muchas veces al trabajo por la familia y la empresa tendría que llamar a un sustituto)”.

Esta reflexión de Bernadeta se resume en la creación de políticas y leyes que se traduzcan en programas que aborden las necesidades específicas de las mujeres trabajadoras migrantes. Se hace necesario resaltar que las limitadas vías jurídicas de que disponen las mujeres trabajadoras migrantes, y  su exclusión de la legislación laboral, las hacen  especialmente vulnerables a la discriminación y a la explotación. Por otra parte las mujeres trabajadoras migrantes suelen sufrir desventajas diferentes a las de los hombres debido a su condición, al hecho de ser madres, así como a los estereotipos de trabajos asignados por las sociedades patriarcales a hombres y mujeres

“Ojalá que en aquella época, cuando llegué a Italia,  hubiesen existido todas esas asociaciones que te ayudan a integrarte, a instalarte en Italia. Mi integración fue muy larga”.

El espacio de apoyo a la migración que han dejado vacío algunos  gobiernos e inclusive la ausencia de políticas y legislaciones en este tema, lo han llenado las organizaciones de la sociedad civil que han comprendido que la existencia misma de los seres humanos y todos los seres vivos del planeta depende de la unión y la cooperación. La vida no puede crearse en solitario, las sociedades no crecen en solitario, la armonía se crea en conjunto, incluso la más espiritual, pues comprende el todo como parte de sí mismo. En los momentos actuales en los cuales la humanidad sufre los desastres de las guerras en diferentes regiones del mundo, se hace necesario reflexionar en torno a que los enfrentamientos bélicos no nos han hecho desarrollarnos como civilización. Por el contrario la apertura a lo desconocido, la cooperación y la solidaridad han sido primordiales y determinantes para nuestra evolución a nivel humano.

Yoselina Guevara López: comunicadora social venezolana, analista política, articulista en diferentes medios internacionales, cuyo trabajo ha sido traducido al inglés, italiano, griego y sueco. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022 (Venezuela), mención especial Opinión; Premio Nacional de Periodismo Aníbal Nazoa 2021 (Venezuela);I Concurso Memoria Histórica Comandante Feliciano 2022 (El Salvador) Tercer lugar.

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