SE EQUIVOCAN, EL BUQUE NO SE HUNDE
por Rafael Flores, 25 de junio de 2016
Después de apagar un incendio a bordo de un buque petrolero, en medio del Atlántico, hicimos chistes del testimonio, de quienes afirmaban haber visto al primer oficial en un bote salvavidas. Dos meses después, al suponer que no arribaríamos a Venezuela para navidad, hubo expresiones contra el capitán del buque, un hombre justo y responsable. Transcurrieron cinco décadas desde entonces y el confuso sentido de justicia, cultivado durante cinco siglos en los venezolanos, sigue siendo el mismo, que nos hace condescendiente con el corrupto, cobarde o traidor a nuestras causas, en tanto que despiadados contra los justos, los valientes, los de mayor talento, contra nuestros mejores hombres y mujeres.
Maduro ha hecho la tarea que le asignó Dios y heredó de Chávez; la ha hecho bien. En sus manos Venezuela sigue libre; sin embargo, una campaña mediática bien orquestada le atribuye escasez de alimentos y medicamentos, provocada por la guerra económica del imperio contra Venezuela. Ese método de guerra está bien documentado, pero una mayoría de venezolanos lo ignoró el 6 de diciembre de 2015 y tal actitud condujo a Venezuela al riesgo de perder otra vez su libertad, ahora para siempre. A esta situación se refirió el Libertador: “Nos han dominado más por la ignorancia, que por la fuerza”. A la campaña mediática se suman quienes fueron cesados en funciones de gobierno y, para justificar la traición propia, alegan que Maduro traicionó el legado de Chávez. Para colmar su ambición, Páez traicionó al Libertador y vendió nuestra libertad, para dos siglos más de esclavitud; aún honramos la memoria del mayor traidor de nuestra Historia.
Maduro ha resistido con coraje todos los métodos de guerra del imperialismo estadounidense y europeo, que desesperado por su derrumbe intenta restablecer su dominio sobre Venezuela, controlar su petróleo y desacreditar su ejemplo de justicia social; por eso nos priva de alimentos y medicamentos, asesina a nuestros hijos, nos acusa de violar derechos humanos a sus sicarios e intenta justificar y legitimar en la OEA una agresión militar contra la nación bolivariana.
DIOS TODOPODEROSO inició en Venezuela un proceso de justicia social y rebeldía, que se extendió por América Latina y otros continentes como ejemplo e influye el derrumbe del imperialismo, que dura más de 20 siglos. Maduro lidera ese proceso y no está solo, lo acompañan millones de hombres y mujeres justos y de fe; sinembargo, ofende a Dios que en esa causa justa se destaquen corruptos e inmorales, en quienes germina la traición, como en Santander y Páez. La Historia alerta sobre nuestro mayor error: la lenidad para el corrupto, quien traicionará nuestra causa.