Rusia en África: el mundo multipolar se está consolidando
Por Yoselina Guevara
Son cerca de nueve mil kilómetros que separan a Rusia del continente africano; pero pese a las distancias la presencia de Moscú en África cada vez toma más fuerza en contraposición con el debilitamiento y animadversión que crece hacia París y Bruselas, en una zona geográfica donde históricamente tenían una influencia por su pasado colonizador.
Cabe destacar que las relaciones internacionales se construyen y consolidan a través de los años, basadas en estrategias concebidas a largo aliento. La Federación rusa es un claro ejemplo de esto último, desde la disolución de la Unión de Repúblicas Soviéticas, el Kremlin ha ido trabajando en función de redefinir nuevas relaciones en distintas áreas, en otros espacios geográficos.
En el contexto africano, Rusia inició explotando la eficacia de su industria bélica, fortalecida durante la era soviética, suministrándole sobre todo armamento y por supuesto la asistencia técnica militar, a muchos países que estaban empezando a salir de la órbita colonizadora europea. Así mismo un factor determinante en las relaciones Rusia-África es la posición de no injerencia de Moscú en los asuntos internos y de apoyo abierto a la autonomía en la definición político-institucional de los contextos africanos. Los frutos los está recogiendo Rusia actualmente, tal cual como van desarrollándose los acontecimientos con el Conflicto en Ucrania, y el necesario realineamiento de África en el contexto internacional.
Cumbre Rusia África 2023
Para Julio 2023 está previsto que se realice la Segunda Cumbre Rusia-África a la que asistirán delegados y delegadas de 54 países del continente africano. En noviembre de 2019 se llevó a cabo en la ciudad rusa de Sochi la Primera Cumbre en la cual se firmaron 92 acuerdos que van más allá del ámbito militar, y que tomaron en cuenta también las áreas económica y energética; llegando a valor total de 1,004 billones de rublos, lo que corresponde a unos 12.500 millones de dólares. Los proyectos en el sector energético de extracción abarcan acuerdos con grandes corporaciones rusas como Rosatom, Rosneft, Lukoil y Gazprom.
En el año 2022 el canciller ruso Sergei Lavrov realizó una gira oficial en África, durante los meses de junio y julio, en la cual reiteró la importancia de ampliar los lazos comerciales y de inversión mutua, facilitando el acceso de los respectivos agentes económicos a los mercados y la participación en proyectos de infraestructuras a gran escala. En esa oportunidad Lavrov declaró “es de interés para nuestros pueblos trabajar juntos para preservar y expandir lazos comerciales y de inversión mutuamente beneficiosos bajo estas nuevas condiciones. Es importante facilitar el mutuo acceso de operadores económicos rusos y africanos a los mercados recíprocos y alentar su participación en proyectos de infraestructura a gran escala. Los acuerdos firmados y los resultados serán consolidados en la próxima segunda cumbre Rusia-África”.
Mapa de algunas inversiones rusas en África
En el norte de África, el Kremlin está indisolublemente ligado a Argelia siendo un socio histórico de Moscú para la cooperación militar y económica, renovada recientemente por los acuerdos de extracción de petróleo entre las empresas estatales Gazprom, Transneft y Stroytransgaz con su homóloga argelina Sonatrach.
En Libia, Rusia está presente no sólo militarmente, sino también económicamente, y precisamente en los sectores de extracción de gas y petróleo con las empresas estatales Transneft, que se encuentran a su vez en Marruecos, y Gazpromneft, vinculada a la producción de lubricantes.
En Egipto, un antiguo aliado ruso, la empresa privada Lukoil, junto con las públicas Zarubehzneft y Rosneft, se dedican a la extracción de petróleo. Además, en 2015, Al Sisi y Putin reforzaron su entendimiento mutuo en materia de cooperación militar en la lucha contra los grupos de Al Qaeda en el Sinaí, definiendo acuerdos para la venta de armas por un valor de casi 3.000 millones de dólares, la construcción de una zona industrial en el Canal de Suez, así como la primera Central Nuclear de Egipto en Dabaa.
En el sur de África Moscú ha asegurado su presencia en todos los contextos política y económicamente más decisivos; en el sentido de ubicación geográfica y recursos como petróleo, gas y carbón, y oro) para el continente, como Mozambique y la República Centroafricana.
En Mozambique, la cooperación militar con Moscú contra el grupo yihadista de origen somalí Al Shabaab está flanqueada con una inversión rusa a largo plazo en la comercialización de gas, siendo este país el nuevo centro energético de África y uno de los más importantes a nivel internacional. Además la petrolera estatal rusa Rosneft está realizando proyectos de explotación petrolera mar adentro; de este modo la Federación Rusa se proyecta en el Océano Índico, en relación directa con las grandes economías asiáticas, con muchas de las cuales ya son socios comerciales y aliados regionales.
En Ruanda, Sudán del Sur y Guinea han firmado acuerdos con el Instituto Ruso de Investigaciones Geológicas (VSEGEI) para buscar reservas de carbono, mientras que en Namibia continúan los proyectos rusos de extracción de uranio, oro, diamantes y mineral de hierro.
Más allá del bilateralismo
Además del compromiso bilateral, Moscú está trabajando para definir su influencia diplomático-militar con la Unión Africana, y sus relaciones económicas- comerciales en un sentido más amplio con las diversas instituciones económicas regionales. En cualquier caso, el volumen del comercio entre Rusia y los países africanos ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, convirtiendo a Rusia en uno de los principales socios de la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados de África Occidental).
Evidentemente el objetivo de Moscú es crear lazos de cooperación estructurados y mutuamente beneficiosos entre Rusia y los países africanos, que incluyan la formación de una infraestructura social y económica fiable y una sólida cooperación en materia energética y alimentaria. No hay que perder de vista que todo ello forma parte de una estrategia más ambiciosa que es la construcción y consolidación de un mundo multipolar, el cual finalmente estamos iniciando esperanzadoramente a vislumbrar para la prosperidad de nuestros pueblos.
Yoselina Guevara López: comunicadora social, analista política, articulista en diferentes medios internacionales, cuyo trabajo ha sido traducido al inglés, italiano, griego y sueco. Ganadora Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022 (Venezuela), mención especial Opinión; Premio Nacional de Periodismo Aníbal Nazoa 2021 (Venezuela);I Concurso Memoria Histórica Comandante Feliciano 2022 (El Salvador) Tercer lugar.