Quemarlo junto a los males del país
Por Leonardo Parrini
La tradición criolla, el espíritu crítico y el sentido del humor popular se juntan para realizar la quema del Año Viejo, representado en personajes de la vida pública que simbolizan, en su quehacer, todos los males políticos y sociales que los ecuatorianos aspiramos dejar atrás. Este año 2022 que agoniza, marcó tendencia entre los “quemados” en la persona del presidente Guillermo Lasso. El presidente destaca como político cuestionado, rechazado y, a ratos, odiado por el pueblo que rechaza sus decisiones que han llevado al país a la más estrepitosa crisis que recuerde la historia del Ecuador.
Y no podía ser de otra manera. Esa es la forma que tiene el pueblo de expresar su disconformidad con todo aquello que lo perjudica, incomoda o posterga en su desarrollo colectivo e individual. Las encuestas lo ratifican en la opinión de los ecuatorianos: la gestión de Lasso es calificada como Buena 12,09; Muy buena 0,53; Mala 52,95 y Muy mala 29,24, según Perfiles de Opinión.
Los monigotes que representan el Covid-19 compiten con la imagen del presidente de la República, Guillermo Lasso, como los más vendidos en la feria ubicada en la calle Rafael Carvajal, a la entrada del barrio Carcelén en el extremo norte de Quito. Mientras tanto en Guayaquil, en el populoso barrio de la calle 6 de Marzo y Calicuchima, pleno centro de la urbe, se encuentra la figura del mandatario en todos los tamaños, a pedido al por mayor de clientes que van desde la Sierra. Según los comerciantes, los compradores argumentan que lo quieren quemar porque “por él estamos como estamos, dicen que lo quieren chamuscar porque por la culpa de él están sin trabajo algunas personas”. Este 2022, Lasso no ha tenido competencia entre los más solicitados para ser quemado el 31 de diciembre. Aunque con menor presencia estaban las figuras del expresidente Lenín Moreno, la alcaldesa Cynthia Viteri y Leonel Messi, le seguían La vaca Lola, Capitán América y Batman, entre otros.
Hablan las cifras
El primer mandatario es el más solicitado para la hoguera popular por ser responsable, según la ciudadanía, de la inseguridad que vivimos. Solo entre agosto de 2021 y 2022 ha habido en Ecuador 146 atentados”, dicen los expertos en seguridad que señalan que Ecuador está superando récords de homicidios: «En 2022 podemos cerrar con una tasa de homicidios de 25 por cada 100.000 habitantes. En 2017 teníamos una tasa de 5,8. Si en 2021 la nación andina registró más de 2.400 asesinatos, alcanzando los 14 homicidios por 100.000 habitantes, la tasa más alta en una década, según la fundación InSight Crime”.
En el aspecto económico y laboral, dos preocupaciones prioritarias de los ecuatorianos, los informes oficiales señalan, según resultados de las Cuentas Nacionales presentadas por el Banco Central del Ecuador (BCE), que la economía ecuatoriana se desaceleró al crecer 1,7% en el segundo trimestre de 2022 respecto al mismo período de 2021, y 0,1% con relación al trimestre anterior. Esta variación es el resultado de las contracciones de Gasto de Gobierno (-1,6%), Formación Bruta de Capital Fijo (-2,1%) y de las Importaciones (-4,1%), en tanto, el Consumo de los Hogares aumentó ligeramente en 0,3% y las Exportaciones crecieron en 2,6%. Es preciso señalar que las cifras de crecimiento interanual y trimestral consideran pérdidas económicas y daños ocasionados por las paralizaciones de junio de 2022, que ascienden a USD 1.115 millones, de los cuales USD 330 millones corresponden a pérdidas y daños en el sector petrolero y USD 785 millones al sector no petrolero. Según el Banco Central del Ecuador, la previsión de crecimiento para el año 2022 es de 2,7%, lo que representa una reducción de 0,1% respecto a la previsión anterior de 2,8%. En cuanto a la inversión, se estima cerrar 2022 en un nivel de entre USD 14.500 y USD 15.000 millones, tanto privada como pública.
En el campo laboral, la tasa de subempleo cayó de 22,7% en septiembre de 2021 a 20,3% en igual mes de 2022. Todavía hay 1,7 millones de personas subempleadas; la tasa de desempleo se ubicó en 4,3%. en el II trimestre de 2022, la tasa de empleo adecuado se ubicó en 33,8% y la tasa de subempleo en 23,0%. En un año el desempleo bajó en ecuador del 5,2% al 3,9%, según la encuesta del INEC del mes de julio. El empleo pleno subió del 31,8% al 32,1% en un año. En Ecuador al momento existen 332.227 desempleados lo que representa un 3,9% de la población económicamente activa. Sin embargo, hace un año la cifra era de 426.884 desempleados. En cambio, la tasa del subempleo tuvo una variación estadística significativa al bajar de 24,6% al 22,0%. El otro empleo no pleno tuvo un incremento al pasar del 26,6% al 29,4% en el mismo periodo. De acuerdo a los datos del INEC, en el área rural ha habido un mayor deterioro del empleo pleno, según los datos. Este indicador pasó de 18,4% a 14,5%, lo que representa una variación estadísticamente significativa. En términos del empleo por género, hay una recuperación del empleo en mujeres, que pasó del 92,9% al 95,7 siempre en el mismo periodo anual. En cuanto al empleo pleno, este se ubicó en 36,9% para hombres y solo en un 25,6% para mujeres.
La tradición criolla, el espíritu crítico y el sentido del humor popular no perdonan; hay que hacer pagar a los responsables de la vida que tenemos los ecuatorianos al finalizar el 2022. Un año para muchos malo, para pocos bueno. Entre las llamas, el humo y la ceniza de los responsables a ver si vislumbramos un mejor 2023.
Leonardo Parrini: periodista. Fotógrafo. Director-Editor de la revista digital Lapalabrabierta. Colaborador de las revistas Rocinante y Babieca (Campaña de Lectura Eugenio Espejo). Conductor del programa La Oreja Libertaria, Radio Pichincha 95.3 FM. Autor de los libros La hora del lobo (2000), Decapitar a la Gorgona: ¿la corrupción, una moral de la crisis? (2001), Eva sin paraíso (2003), Diálogo comunitario en democracia (2013), Égüez. La memoria insumisa (2016), Escritos en clave morse (2018), Retrato Íntegro, testimonio vital (2019), El canto de todos (2022). Ha colaborado en Revista Diners como comentarista de obras literarias.