Pelé: el monarca sin descendiente
Por Leonardo Parrini
A rey muerto rey puesto, dice el refrán popular que, en el caso de Edson Arantes Do Nacimento, Pelé, este vaticinio no se cumple porque para los amantes del fútbol el número 10 histórico de Brasil es único e irremplazable. Para muchos fanáticos Pelé es el atleta más completo del planeta, porque fue el jugador que más Copas del Mundo alzó en la historia del fútbol. Su impresionante palmarés no termina ahí: a los múltiples campeonatos que ganó con la canarinha se suman los del Santos, el club de fútbol en el que hizo su carrera profesional y obtuvo los reconocimientos como mejor jugador, equipo a quien el presidente de Brasil declaró tesoro nacional, impidiéndole fichar por un equipo fuera del país.
Pelé era un jugador limpio, pero que pegaba duro para defenderse porque era fuertemente castigado en la cancha. Desde su posición como número 10 hacía goles de cabeza, de tiro libre, con la pierna izquierda y con la derecha, como un profesional integral del fútbol que tiene el récord Guinness a la mayor cantidad de Campeonatos Mundiales ganados por un jugador. Edson Arantes do Nacimento se llevó la copa tres veces en total, en Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970. El primer trofeo lo consiguió con apenas 17 años. En los 14 partidos que jugó representando a la canarinha, marcó 12 goles en total e hizo 8 pases de gol. Nunca le sancionaron con una tarjeta amarilla ni roja. Pelé anotó 1.281 tantos en su carrera profesional en 1.363 partido, fue goleador en seis competiciones: la Copa Libertadores de 1964/1965 (8 goles), el Campeonato Brasilero de 1964/1964 (7 goles) y 1960/1961 (9 goles), la Copa Intercontinental de 161/1962 (5 goles) y 1962/1963 (2 goles) y el Campeonato Sudamericano de 1959 (8 goles). Antes, en el año 2000, Pelé había recibido el título de «Jugador del siglo» de la FIFA, en un episodio controversial en el que se premió simultáneamente a Maradona. Para los amantes del fútbol no tiene mucho sentido comparar grandes figuras de este deporte porque suele ser injusto, ya que los contextos en los que se han desenvuelto nunca son los mismos.
Nace una estrella del deporte
Pelé nació en Minas Gerais y creció en la calle, en la favela, en la arena de la playa donde aprendió a jugar el juego bonito que nunca abandonó en la cancha de césped. Pero sería en la ciudad de Bauru donde dio sus primeros pasos en el mundo del fútbol. De las barriadas pobres pasó a defender los colores de diversos equipos no profesionales de esa localidad paulista, hasta que recaló en las filas del Bauru Atlético donde sería entrenado por el exjugador de la selección brasileña Waldemar de Brito, quien es reconocido como el «descubridor de Pelé». Waldemar constató que Pelé estaba para grandes cosas en el fútbol y lo reclutó en Santos en 1956 donde el astro comienza su andadura en el club que lo llevó al renombre mundial. Edson Arantes do Nacimento obtuvo su apodo de Pelé porque siendo un niño lo llamaban Bilé -en recordación del arquero brasilero José Lino da Conceição Faustino ‘Bilé’, pero Edson pronunciaba ese apodo como Pelé.
No obstante, la fama de Pelé registra aspectos de su vida menos conocidos. En una ocasión que jugaba un partido amistoso, el encuentro deportivo detuvo momentáneamente la guerra civil de un país africano. Pelé jugó un rol importante como embajador ONU en defensa de principios ecológicos. Fue también actor de cine y cantante. El futbolista compartió escenas con Sylvester Stallone en una película ‘hollywoodense’ de guerra, enumeró los beneficios del viagra y cantó a dueto con la cantante brasileña Elis Regina y no desentonó. Una vez retirado del fútbol interpretó la canción Tabelinha y en 1987 canto el tema ABC, ABC todo Niño tiene que leer y escribir, con la banda infantil Tren de Alegría como parte de una campaña de alfabetización del Ministerio de Educación de Brasil. Pelé lanzaría otros temas como solista y en el mundo del espectáculo enamoró en la década de los 80 a la popular presentadora Xuxa, con quien formó pareja durante cinco años (1981-1986). En el año 2006, publicó Peléginga, un álbum en dúo con Gilberto Gil, y también una primera versión de la balada Acredita no véio, que cantó de nuevo en 2020 con motivo de sus 80 años, acompañado por las guitarras del dúo mexicano Rodrigo y Gabriela.
Pelé fue Ministro de Deporte, entre los años 1995 y 1998, en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. El sociólogo, politólogo y profesor universitario lo integró a su gabinete caracterizado por una posición política socialdemócrata, que apoyó a la Cepal y colaboró con Global Elders, grupo de eminentes líderes mundiales convocado por Nelson Mandela.
Las dictaduras militares brasileras quisieron utilizar la imagen de Pelé con fines propagandísticos. El dictador Emilio Garrastazu Médici cuando tenía tres semanas en el poder, llamó a Pelé a su despacho en Brasilia que atendió el llamado. Aunque el deportista trató con cautela su relación con los políticos de todas las tendencias: “Siempre tuve las puertas abiertas. Lo sabe todo el mundo. Incluso en los peores momentos”, contó. Nunca se cerró a nadie. Tampoco nunca se entregó del todo: “Siempre querían que tomara partido”. Como es lógico, nadie estuvo satisfecho del todo.
En los años sesenta, la dictadura militar, instaurada en Brasil después del golpe de 1964, coincidió con la guerra de Vietnam y la negativa del boxeador Mohamed Ali a alistarse en abril de 1967. Ali fue condenado a cinco años de cárcel y una multa de 100.000 dólares, aunque pagó una fianza y no llegó a ingresar en prisión. También le retiraron la licencia y pasó tres años y medio sin poder boxear. El contraste de los equilibrios de Pelé con el arrojo del púgil le procuró muchas críticas al futbolista brasileño. Pelé se defendió en una especie de testamento político: “No creo que pudiera hacer otra cosa. No podía. ¿Es que la dictadura trajo algo bueno? ¿De qué parte estar? Uno se pierde en estas cosas. Soy brasileño y solo quiero lo mejor para Brasil. Pero estoy totalmente convencido de que he hecho mucho más por Brasil con mi fútbol, con mi manera de vivir, que muchos políticos que cobran por hacer eso”.
En 1968, la dictadura en Brasil se endureció aún más con el Acto Institucional Número 5 que cerró el congreso. El dictador Artur da Costa e Silva concentró el poder sin controles y desaparecieron los derechos y libertades: se instauró la censura, se suspendió el habeas corpus en los casos de delitos políticos y se abrió una época de detenciones arbitrarias y torturas. Bajo un clima de terror, el general Médici, sucesor de Costa e Silva, se dejaba ver habitualmente los domingos en el palco del estadio de Maracaná. Aquella estampa alejaba al dictador de la suciedad de las torturas, como fotografiarse con Pelé después de su gol mil. Era la herramienta a través de la que conquistar el cariño del pueblo sometido o de críticos extranjeros, que utilizaba la dictadura de los gorilas brasileros. Cuando Médici tomó el poder, se encontró como seleccionador de fútbol a un comunista, João Saldanha, abierto opositor a la dictadura. La llegada del general endureció la represión contra el partido en el que militaba el técnico, y en los últimos días de 1969 el régimen asesinó a Carlos Marighella, un viejo amigo de Saldanha, que enfureció. El entrenador cuando fue a México en enero de 1970 para el sorteo del calendario del Mundial, distribuyó a las autoridades internacionales un dossier con 3.000 nombres de presos políticos, y cientos de asesinados y torturados. Saldanha apartó a Pelé de la selección brasilera aludiendo a problemas visuales del jugador, aunque Pele dijo que fue un invento. El entrenador fue destituido del plantel y reemplazado por Mario Zagallo, que puso a Brasil rumbo al Mundial deseado por el dictador, y por el pueblo, pero visto por recelo por los opositores al régimen y buena parte de la prensa. Consideraban en ese momento que un triunfo de Brasil en México fortalecería a Médici, que enfiló el torneo con el eslogan ultranacionalista: “Brasil, ámalo o déjalo”.
Pelé muere a los 86 años, luego de ingresar el pasado 29 de noviembre al Hospital Judío Albert Einstein en São Paulo por una infección respiratoria y “reevaluación del tratamiento de quimioterapia sobre el cáncer de colon identificado en septiembre de 2021”, según el parte médico.
Muere Edson Arantes do Nacimento, pero nace un mito inmortal: Pelé. Así lo consignan otras estrellas del fútbol. Romario ha dicho: “Brasil despide hoy a uno de sus hijos más ilustres: Pelé, el rey del fútbol. Elegido atleta del siglo, Edson Arantes do Nascimento hizo que el mundo se inclinara ante su talento, llevando el fútbol brasileño al altar de los dioses. A lo largo de su vida, Pelé inspiró a generaciones de atletas y merece todos los honores. Mis condolencias a familiares y amigos. Y que en paz descanse”. Ronaldo, excampeón del mundo en Corea-Japón 2002, escribió: “Único. Estupendo. Técnico. Creativo. Perfecto. Inigualable. Donde llegó Pelé, se quedó. Sin haber dejado nunca la cima, nos deja hoy. El rey del fútbol, solo uno. El mejor de todos los tiempos”.
Él mismo Edson Arantes do Nacimento lo había dicho antes: “Nunca habrá otro Pele, el rey sin descendiente”.
Leonardo Parrini: periodista. Fotógrafo. Director-Editor de la revista digital Lapalabrabierta. Colaborador de las revistas Rocinante y Babieca (Campaña de Lectura Eugenio Espejo). Conductor del programa La Oreja Libertaria, Radio Pichincha 95.3 FM. Autor de los libros La hora del lobo (2000), Decapitar a la Gorgona: ¿la corrupción, una moral de la crisis? (2001), Eva sin paraíso (2003), Diálogo comunitario en democracia (2013), Égüez. La memoria insumisa (2016), Escritos en clave morse (2018), Retrato Íntegro, testimonio vital (2019), El canto de todos (2022). Ha colaborado en Revista Diners como comentarista de obras literarias.