El dominio de Google y Facebook sobre la distribución de las noticias
Google, Facebook, Twitter y otras plataformas digitales se han convertido en la principal fuente de información para un gran número de usuarios de la red. Al mismo tiempo, esas empresas están concentrando el debate público a través del uso de algoritmos, es decir, de reglas y código preestablecidos que dictan lo que vemos o no desde esas plataformas, lo cual representa un reto para el periodismo digital.
“Todos los algoritmos que calculan qué es relevante para un usuario están basados en juicios humanos subjetivos y no en el valor de las noticias o en el interés público… Y esos juicios humanos podrían manipular consciente o inconscientemente la opinión pública”, señaló James Breiner, quien es periodista y profesor universitario.
Breiner explica que redes como Facebook y Twitter y motores de búsqueda como Google y Yahoo son cruciales para que un medio de noticias pueda crear audiencia. Por ejemplo, Facebook impulsa alrededor del 20% del tráfico a sitios de noticia, y los editores consultan al equipo que diseña el algoritmo para averiguar cómo hacer que ese tráfico aumente, mientras Google proporciona alrededor de un tercio del tráfico de los medios informativos.
“Lo cierto es que la mayoría de los usuarios de internet… no exploran más allá de los enlaces más populares y recomendados. Así que lo que Facebook y Google recomienden tendrá un impacto significativo en el consumo de noticias”, añade.
Por lo tanto, Breiner se pregunta: “¿De qué manera las metas financieras de estas empresas afectan la forma en que ajustan sus algoritmos? ¿Y a quiénes responden Google y Facebook? Puesto que son empresas con cotización en bolsa, su primera responsabilidad es con sus accionistas. Y al igual que con los accionistas de los periódicos, el servicio público y la libertad de expresión no son necesariamente sus prioridades”.
En la columna Cómo las empresas digitales como Google y Facebook dominan la distribución de las noticias, Breiner analiza lo que llama la “mano invisible” que dicta el valor de las noticias en internet, la concentración de poder en estas corporaciones y la censura que se ejerce desde estas plataformas.