Por Yoselina Guevara López
Recientemente, el 21 de julio de 2025, en Santiago de Chile, se llevó a cabo la Cumbre “Democracia siempre” a la cual asistieron los presidentes de Brasil, Lula da Silva; Colombia, Gustavo Petro; Uruguay, Yamandú Orsi, del Gobierno español, Pedro Sánchez, y como anfitrión el presidente chileno Gabriel Boric. Esta iniciativa ya había sido proyectada por Pedro Sánchez y Lula Da Silva, en el año 2024, durante la última Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los temas tratados en la reunión se relacionaron con tres objetivos: el fortalecimiento de las instituciones y el multilateralismo, la lucha contra la desinformación y la reducción de las desigualdades. Los mismos están recogidos en una Declaración Conjunta, en la que los líderes reunidos en Santiago esperan que el proceso que están iniciando atraiga a otros países, con la participación activa de universidades, parlamentos, sociedad civil, medios de comunicación y el sector privado. Asimismo clamaron por un alto el fuego en Gaza y el acceso de ayuda humanitaria a la Franja.
En septiembre de 2025, se le dará continuidad a este grupo de alto nivel dentro de la celebración de la Asamblea General de la ONU, extendiéndose la invitación e incorporación a los presidentes y jefes de Estado y/o de Gobierno de México, Honduras, Canadá, Australia, Sudáfrica, Reino Unido y Dinamarca. En 2026 ya tienen planificado que se reunirán en España, para oponerse al Foro de Madrid liderado por el partido VOX, internacional reaccionaria, que cohesiona a la derecha y extrema derecha a nivel mundial.
Detrás de las buenas intenciones
La declaración conjunta de los mandatarios está en línea ideológicamente con la izquierda, sin embargo detrás de las buenas intenciones hay fuertes intereses que pueden proyectar de manera sucinta a estos líderes dentro de sus electorados nacionales y cambiar su posicionamiento inclusive fuera de sus fronteras.
Para el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, este grupo puede ser una apuesta para reforzar su imagen a nivel internacional, sobre todo en Suramérica, y catapultarse como referente político de la izquierda mundial; pese a la poca aceptación que tiene su gestión de gobierno en España. Por otra parte la visita a Chile le sirvió a Sánchez para realizar una gira oficial por Uruguay y Paraguay con la intención, no solo de fortalecerse políticamente en la opinión pública, sino también para relanzar el cuestionado acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, que se espera que el parlamento europeo apruebe en el último trimestre del año y que supondría la mayor zona de libre comercio del mundo, que cobra mayor importancia en una época de guerras comerciales.
En el caso particular del mandatario chileno, Gabriel Boric, la realización de la Cumbre fue motivo de fuertes críticas al considerarla como parte de una estrategia para impulsar a nivel electoral la candidatura presidencial de Jeannette Jara; de hecho la “democracia y el autoritarismo” son dos de los temas que la izquierda chilena ha decidido introducir en el debate electoral. Por otra parte, a pesar de que dentro de los sectores de la izquierda el actual presidente chileno goza de muy poca simpatía, organizar esta Cumbre puede significar un posicionamiento que le pueda asegurar la aceptación dentro de la militancia una vez que finalice su mandato, abriendo la posibilidad de ocupar cargos de alto nivel en otros espacios , y dada su juventud no se descarta la posibilidad de que aspire a un nuevo mandato presidencial.
Para Lula Da Silva, quien también tiene fuertes problemas internos, formar parte de este grupo de defensores de la democracia puede significar mantener liderazgo histórico dentro de la izquierda que ha forjado a lo largo de años de lucha, sobre todo política y sindical, aunque sean célebres sus recientes posiciones en contra del gobierno venezolano, poniendo en entredicho los resultados de los comicios electorales presidenciales de julio de 2024, así como impidiendo el ingreso de Venezuela a los BRICS. Asimismo esta Cumbre y su continuidad puede ser una forma de afrenta a Donald Trump, actual inquilino de la Casa Blanca, dadas sus continuas posturas hostiles contra Brasil; con la imposición el 9 de julio de 2025 de un arancel adicional del 50% sobre los productos brasileños exportados a Estados Unidos, y su defensa a ultranza de Jair Bolsonaro, quien intento sostener un golpe de Estado contra Lula. El presidente norteamericano no solo defendió al expresidente brasileño, sino que trató de dar órdenes injerencistas, irrespetando la soberanía del gigante suramericano al margen de cualquier norma diplomática.
El presidente Petro también está bajo gran presión en su país con el regreso de la violencia política y el atentado, durante un mitin electoral al oeste de Bogotá, contra el senador opositor Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial, hiriéndolo de gravedad. A lo cual se suma el escándalo del informe publicado en un medio español en el cual se señala al exministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva Durán, como el presunto autor de un plan para sacar al presidente Petro del poder y en una maniobra similar a la realizada en Perú reemplazarlo con la actual vicepresidenta Francia Márquez, todo ello con el apoyo de los Estados Unidos.
Evidentemente el único que se encuentra en una posición holgada, por estar al inicio de su mandato, es el presidente de Uruguay Yamandú Orsi.
De cumbre en cumbre contribuyendo al aislamiento
Esta Cumbre para la defensa de la democracia tiene muchas similitudes con el fenecido “Grupo de Lima”, con la diferencia que surge desde la izquierda mundial, o el progresismo. Está conformado por Jefes de Estado y de Gobierno, siendo una reunión de líderes de la izquierda en altas funciones, cuyo objetivo es el de tratar consolidar una alianza que involucre a la “sociedad civil”, no se refieren a movimientos y organizaciones sociales, careciendo de una estructura formal, institucional y legal reconocida a nivel internacional.
Asimismo no debemos dejar pasar por alto la falta de convocatoria a los mandatarios de Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua, quienes no fueron invitados para esta cumbre, como para los siguientes encuentros, siendo estos gobiernos democráticos, de izquierda, declaradamente progresistas. Es la reedición de un cerco diplomático contra estos Estados soberanos, a través del cual los miembros de la Cumbre “Democracia siempre” traicionan abiertamente los objetivos para los cuales supuestamente se están agrupando, como son la defensa de la democracia, el multilateralismo, el combate a la desinformación y por ende no contribuyen al bienestar de los pueblos y la reducción de las desigualdades irrespetando la autodeterminación y la soberanía, promulgando la exclusión. Una vez más desde sectores de la izquierda y el progresismo, se evidencia su desorientación, y lo más grave se impulsa una agenda de presión internacional que funciona cabalmente a los intereses hegemónicos del actual gobierno de los Estados Unidos.
Sigue vigente el pensamiento del Comandante Chávez cuando en su intervención del 17 de abril de 1999 en la clausura de la II Cumbre de Presidentes y jefes de Gobierno de los estados del Caribe, señaló “Andamos de Cumbre en Cumbre, pero ¡qué contradicción! Nuestros pueblos andan de abismo en abismo. Tratemos de que nuestros pueblos también anden en Cumbres”.
Yoselina Guevara López: comunicadora social venezolana, analista política,articulista en diferentes medios internacionales, cuyo trabajo ha sido traducido al inglés, gallego, italiano, griego y sueco. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022 (Venezuela), mención especial Opinión; Premio Nacional de Periodismo Aníbal Nazoa 2021 (Venezuela); I Concurso Memoria Histórica Comandante Feliciano 2022 (El Salvador) Tercer lugar. Autora del libro “Facismo y nazismo, evolución de la violencia hasta nuestros días”.