Por: Agencias
Los productores de soja, atrapados en medio de una guerra comercial entre las dos mayores superpotencias mundiales, comienzan a sentir las consecuencias, ya que China utiliza su poder adquisitivo para la compra de este cultivo como herramienta de presión política, informó Fortuna.com.
Con la mejora de la economía china, el país ha buscado más soja, un cultivo con alto contenido proteico que impulsa el crecimiento, para alimentar a su creciente ganado, como cerdos y aves de corral. Como el mayor comprador de soja del mundo, China adquirió el año pasado soja estadounidense por valor de 12.600 millones de dólares, lo que representa más de la mitad de las exportaciones totales de este cultivo, el principal producto agrícola de exportación de Estados Unidos.
Sin embargo, este año, la guerra comercial de la Administración Trump con China ha alterado sus cálculos en materia de soja.
La segunda economía más grande del mundo suele comprometerse a comprar soja estadounidense ya en septiembre, al inicio de la cosecha de otoño. Sin embargo, debido en parte a las tensiones con Estados Unidos y al aumento de los aranceles, China no se comprometió a comprar soja estadounidense desde mayo hasta finales de octubre, recurriendo en parte a las importaciones sudamericanas, especialmente de Brasil.
En los últimos años, China también ha incrementado su propia producción de soja, añadiendo cerca de 9 millones de acres de cultivo y aumentando su producción en 8,6 millones de toneladas métricas desde 2015, según la División de Agricultura del Sistema de la Universidad de Arkansas.
Como resultado, los agricultores estadounidenses se han enfrentado a una presión excesiva. Caleb Ragland, agricultor de novena generación de Kentucky y presidente de la Asociación Estadounidense de la Soja, declaró durante una audiencia en el Congreso en octubre que el precio de la producción agrícola, incluyendo el costo de la tierra, las semillas y los fertilizantes, se ha disparado mientras que los márgenes agrícolas siguen disminuyendo.