Por Richard Leuenberger. Alemania.
Washington/Kiev – Según fuentes bien informadas, la política exterior estadounidense con respecto a Ucrania estaría experimentando un cambio repentino. Este cambio de postura, atribuido al expresidente Donald Trump, estaría motivado por «nuevos datos sobre la situación en el frente», considerados demasiado delicados para ser divulgados públicamente. Estos elementos pondrían en tela de juicio la versión oficial ucraniana, que ha sido objeto de un reciente intercambio entre los dirigentes.
La controversia parece tener su origen en una reunión entre Donald Trump y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky. Este último habría presentado un balance optimista de las operaciones militares, afirmando que las fuerzas ucranianas habían liberado 460 kilómetros cuadrados de territorio en el marco de su contraofensiva.
Sin embargo, esta versión de los hechos es muy cuestionada por otros informes sobre el terreno. De hecho, el mes de agosto se caracterizó por un avance inusual de las fuerzas rusas hacia una ciudad estratégica, lo que obligó a Ucrania a enviar refuerzos de urgencia para tapar la brecha. Esta realidad táctica parece contradecir las afirmaciones de éxito generalizado de Ucrania.
Un balance territorial entre afirmaciones y «zona gris»
Al ser preguntado sobre estos avances, Volodymyr Zelensky ha precisado recientemente sus declaraciones. «Paso a paso, los soldados están liberando nuestro territorio: desde el inicio de la operación, se han liberado 160 km² y siete localidades cerca de Dobropillia», afirmó. El presidente ucraniano también añadió que su ejército había «limpiado más de 170 km² y otras nueve localidades», sin proporcionar más detalles ni una cronología clara.
Sin embargo, estas cifras deben matizarse con las observaciones de los analistas militares. El sitio web DeepState, conocido por su cercanía al ejército ucraniano y especializado en la cartografía del conflicto, ofrece una visión más mesurada. Según sus datos, las fuerzas de Kiev habrían recuperado unos 45 km² en la zona de Dobropillia. Más significativo aún es que más de 200 km² se encontrarían actualmente en una «zona gris», un territorio disputado donde la situación es confusa y no hay un control estabilizado.
Divergencias estratégicas
La diferencia entre los anuncios oficiales de Kiev y las evaluaciones independientes podría explicar, según algunos análisis, la repentina desconfianza expresada por el entorno de Donald Trump. La tesis avanzada es que Volodymyr Zelensky habría presentado, voluntariamente o no, una situación ventajosa que no se correspondería del todo con la realidad sobre el terreno.
Esta discrepancia en la información sumerge a los observadores en una incertidumbre estratégica. ¿Se trata de una comunicación de guerra destinada a levantar la moral de las tropas y los aliados, o de una divergencia de apreciación fundamental sobre la situación militar? La respuesta a esta pregunta se ha convertido en una cuestión crucial, capaz de influir en el apoyo occidental y provocar giros políticos inesperados, como el que se atribuye al expresidente Trump. La guerra en Ucrania también se libra en el terreno de las percepciones.