Estados Unidos decide no entregar sistemas Patriots a Ucrania: posibles razones de la decisión
Por Yoselina Guevara López
En la cumbre de la OTAN celebrada en Rumanía los días 29 y 30 de noviembre de 2022, los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros debatieron sobre la consolidación del flanco oriental de la Alianza Atlántica, el apoyo militar a Ucrania y el apoyo a Kiev para el restablecimiento inmediato de las infraestructuras energéticas dañadas por los bombardeos rusos. Gran parte de los temas ya habían sido discutidos en la reunión celebrada en junio de este año en Madrid con los jefes de Estado, no obstante el encuentro en Bucarest profundizó y estableció el despliegue militar de la Alianza sobre todo en los países del este de Europa.
A la cumbre asistió también el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, en calidad de invitado, recordemos que Kiev no forma parte de la OTAN, pero quien una vez restó protagonismo a los demás miembros de la Alianza. Kuleba en una rueda prensa con el secretario general, Jens Stoltenberg, reiteró la reiterativa exigencia a Occidente de “armas, armas, armas” añadiéndole una palabra más a la eterna letanía “más rápido,más rápido,más rápido”. El Secretario General Stoltenberg confirmó el apoyo euroatlántico a Ucrania “mientras sea necesario”, sin excluir un futuro ingreso de Ucrania en la OTAN.
Malestar norteamericano y apoyo a Kiev
Estados Unidos, quien es reconocido como la potencia líder indiscutible de la Alianza, no quiere cerrar la puerta a futuras negociaciones del alto el fuego con Rusia, de ahí que se pueda entender el malestar de una parte del aparato de Estado estadounidense ante la reiterada petición ucraniana de transferir baterías de misiles tierra-aire a Kiev.
Kuleba utilizó un tono perentorio en Rumania “para abreviar, necesitamos sistemas de defensa aérea, Iris, Hawk, Patriots, y necesitamos transformadores. Cuando tengamos los sistemas de defensa antiaérea, también podremos proteger las infraestructuras eléctricas de los próximos ataques de misiles rusos, que seguro que llegarán”. Aunque el ministro ucraniano instó públicamente a la OTAN a enviar nuevos sistemas de armamento occidentales con más vehemencia que los generadores portátiles de electricidad, considerados ayuda humanitaria. Desde Washington se puso un claro freno «en este momento, no tenemos planes de suministrar baterías Patriots a Ucrania», declaró tajantemente el secretario de prensa del Pentágono, el general Pat Ryder.
Aristas de la decisión del Pentágono
Esta declaración desde el corazón militar norteamericano puede ser interpretada como una respuesta a uno de los hombres fuertes del Kremlin el ex presidente ruso Dimitri Medvédev y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación quien había advertido el martes a la OTAN de no suministrar a Ucrania sistemas de defensa antimisiles Patriot, fabricados por la compañía estadounidense Raytheon, porque de hacerlo se convertirían inmediatamente en un objetivo legítimo para las fuerzas armadas rusas.
Sin embargo, recordemos que el Pentágono no está compuesto por mensajeros de paz, y una decisión de este calibre tiene muchas aristas antes de tomarla. Por una parte en estos momentos dentro de la destrucción a la que han llevado a Ucrania, la crisis económica y energética en Europa, al menos un mínimo de sensatez parece estar prevaleciendo. Enviar los sistemas de defensa antiaérea norteamericanos a Kiev llevaría con total certeza a un enfrentamiento directo entre la OTAN y Rusia que pudiera conducir a una posible escalada nuclear.
También de acuerdo a especialistas en armamento militar antes de suministrar a Ucrania baterías Patriot, es necesario consolidar la defensa de los cielos del flanco oriental de la OTAN con los mismos sistemas estadounidenses de los cuales tienen la propiedad del software. Además el ritmo actual del conflicto no permite el suministro prolongado y constante de costosos proyectiles tierra-aire, cuya producción es limitada.
Un punto interesante en el cual entraría también China y la diatriba con Taiwán, es el hecho que la producción estadounidense de las armas más sofisticadas no puede ser absorbida completamente por el teatro de operaciones ucraniano. Pese a las reuniones y apretones de manos entre Biden y Xi Jinping, la zona asiática no está exenta que,en un futuro cercano, estalle un conflicto en Taiwán.
En cuanto al campo estratégico militar al poner en funcionamiento los sistemas Patriots en Ucrania, la Federación Rusa pudiera experimentar en el terreno las formas de aniquilar las baterías estadounidenses, inclusive podrían ser capturadas por los rusos y ser sometidas a “ingeniería inversa” por el enemigo, copiarlas, mejorarlas, etc.
Como ha señalado el Canciller ruso Lavrov recientemente en una rueda de prensa “lo que ocurre en el continente europeo interesa no solo a los europeos, los residentes de América del Norte, sino a los representantes de todas las regiones del mundo”. Pudiéramos agregar que el futuro de la humanidad, y de las futuras generaciones inclusive, continúa a estar pendiendo del hilo de las decisiones de unos pocos poderosos.
Yoselina Guevara López: venezolana, comunicadora social, analista política, articulista en varios medios internacionales, cuyo trabajo ha sido traducido al inglés, italiano, griego y sueco. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022 (Venezuela), mención especial Opinión; Premio Nacional de Periodismo Aníbal Nazoa 2021 (Venezuela); y del I Concurso de Memoria Histórica Comandante Feliciano 2022 (Tercer lugar, El Salvador).