Türkiye y sus relaciones con el Estado de Israel
Por Yoselina Guevara L.
En el Medio Oriente los actores regionales maniobran redefiniendo sus respectivas líneas de influencia, oscilando entre la diplomacia regional y continental. Se mueven las piezas, Türkiye realiza su juego de posiciones tratando de establecer mejores relaciones con el Estado de Israel a través de las cuales puedan llegar a consolidarse como aliados. Muestra de ello es la visita que realizó el actual ministro de Defensa israelí Benny Gantz que tras reunirse con su homólogo turco Hulusi Akar, fue recibido en Ankara por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Esta reunión supone un nuevo paso adelante; Akar, que es uno de los hombres más importantes del gobierno turco y muy cercano al presidente, confirmó la idea de que la relación constructiva entre ambos países “facilita la búsqueda de soluciones en contextos de crisis”.
Para el ministro de Defensa Gantz, la visita a Ankara trazó una línea para el próximo ejecutivo israelí que estará en manos de Netanyahu. Gantz habló de los lazos comerciales, de las sólidas relaciones también de carácter diplomático, además señaló la posibilidad de una estrategia más amplia para el Mediterráneo y Medio Oriente. Elementos que parecen ir más allá del tradicional viaje de un Ministro de Defensa y rayan en una visita diplomática, pero que sin duda forman parte de una dialéctica política más amplia.
Por su parte el gobierno israelí también hace su juego, Tel Aviv ha querido reiterar su amistad con Grecia y Chipre, advirtiendo esencialmente a sus interlocutores turcos que Israel no tiene intención de dar la espalda a Atenas y Nicosia. Sin embargo, está claro que Erdogan tiene ahora todo el interés en arreglar las cosas con el Estado judío, tanto con la mira puesta en blindar las relaciones con un aliado de Estados Unidos, como también para tratar de socavar la asociación entre Tel Aviv y Atenas que Ankara ve con preocupación.
Diplomacia transaccional
La diplomacia actual es sobre todo transaccional, dirigida a aumentar el abanico de opciones estratégicas o a crear bloques de influencia opuestos; hay acciones diplomáticas que peligrosamente lo que buscan es generar efectos polarizadores en lugar de cooperativos. Es evidente que el Estado de Israel está aspirando a la formación de un bloque antiiraní mediante la normalización de las relaciones con el mundo árabe, del cual Türkiye forma parte.
Irán, por su parte, intenta salir del aislamiento acelerando su diplomacia forjando relaciones con Qatar y los Emiratos, y favoreciendo el diálogo con Arabia Saudí. Esta última se muestra prudente, pero reforzada por la actual crisis energética; Riad se proyecta en la esfera global, experimentando una dinámica de multipolaridad entre Estados Unidos, Rusia y China.
En este orden de ideas las tensiones entre Israel e Irán podrían continuar a explotar en enfrentamientos por delegación de mayor dimensión; operaciones israelíes en territorio iraní, represalias de Teherán con ataques a bases estadounidenses, así como ciberataques mutuos. Irán, bajo la presión interna de las revueltas y la externa del programa nuclear, podría pasar a posiciones defensivas, aprovechando los grupos aliados en Yemen, Irak, Siria y Líbano, y aflojar su compromiso de diálogo con Riad.
Ankara y Tel Aviv
Türkiye en estos momentos está bien posicionada en el tablero mundial, sobre todo después de la operación especial rusa en Ucrania que la ha convertido en un aliado indispensable de la OTAN, trabajando para reforzar las relaciones con Israel, suavizar las del Golfo y Egipto, y expandirse militarmente en el frente norte de Siria e Irak.
Pero tanto Ankara como Tel-Aviv continúan a tratando de ganarse el papel de mediadores en el conflicto Rusia-Ucrania, pero a la vez a toda costa han evitado romper relaciones con Moscú aunque apoyen la postura de Ucrania. Esto es lo que en política denominan un juego a dos manos, que en este caso casi siempre va acompañado de declaraciones a la prensa que pueden ser pesantes, sin que lleguen a ser del todo ofensivas en contra de la Federación rusa.
El gas como leit motiv
Por último, otro punto fundamental es el del gas, ya que varios analistas señalan la posibilidad que Israel decida facilitar su entrada en el mercado europeo centrándose en un posible gasoducto que conecte con el territorio de Anatolia, evitando centrarse únicamente en el proyecto submarino EastMed.
En un momento en el que Türkiye necesita evitar fracturas con Estados Unidos y convertirse en el principal centro proveedor de gas, la relación con Israel es crucial. Mientras que para Tel Aviv, es esencial no sólo asegurarse de superar cualquier obstáculo a la posibilidad de conectarse a Europa en términos de energía, sino también evitar tener a Ankara en contra. Si llegara a darse el caso que el Estado judío pretenda golpear a Irán, su verdadero enemigo regional, la alianza entre Tel Aviv y Ankara sería para ambos de gran utilidad. Aunque los ojos del mundo están puestos en el conflicto Rusia-Ucrania, en el Medio Oriente se siguen moviendo las piezas del ajedrez geopolítico internacional.
Yoselina Guevara López: comunicadora social, analista política, articulista en diferentes medios internacionales, cuyo trabajo ha sido traducido al inglés, italiano, griego y sueco. Ganadora Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022 (Venezuela), mención especial Opinión; Premio Nacional de Periodismo Aníbal Nazoa 2021 (Venezuela);I Concurso Memoria Histórica Comandante Feliciano 2022 (El Salvador) Tercer lugar.