Con los ojos abiertos, mi gente
No hay mayor degradación que un esclavo que soba sus cadenas, sean del color que sean.
Maldito sean los farsantes
que engatusan a mi pueblo,
espero que, Dios mediante,
la lengua les coja fuego.
La verdad sigue siendo la verdad aunque 99 de cada 100 digan que no lo es.
Ni Cristo en su mejor momento
nos hizo tantísimas promesas,
como estos politiqueros
que han perdido la vergüenza.
La verdad perturba a los que viven de la mentira. Como consecuencia odian a quien se la diga.
Son tantas las falsas imágenes
en los anuncios politiqueros
que en verdad cabe preguntarse
si ellos respetan al pueblo.
Hay quienes se quieren engañar mirando para el otro lado, pero aunque no quieran mirar, la verdad sigue mirándolos.
No soy gringo ni agringao,
soy un boricua completo,
no hay poder ni hay imperio,
que me haga un renegao.
Ni por miedo, ni dinero,
ni tampoco por engaño,
podrían los mister anglos
meterme en su gavetero.
Hay quienes se engañan a sí mismos con tal de justificarse.
Pocos saben de la gloria
que se siente ser entero,
sentirse puertorriqueño
aunque a los yanquis les joda.
Cuando se está dispuesto al sacrificio por una causa justa se vive.
Sin amor la vida es un vacío aunque se tenga todo lo demás.
No hay mayor victoria que sobreponerse a uno mismo.
Los hombres no hacen las ideas, las ideas hacen a los hombres.
—
Se llega más pronto a la meta de pie que de rodillas.